En la pirámide del desarrollo, todos los sentidos y lo motor se sitúa en la base, por lo que es imprescindible trabajarlo tanto en casa como en el colegio. Los circuitos motores nos ayudan a integrar los sentidos (propioceptivo, vestibular, táctil y visual) y las bases prelaterales (importante para integrar la línea media y conseguir un patrón cruzado de movimiento). Todo esto es de gran importancia para tener un buen inicio en el proceso lectoescritor.
De los 0 a los 6 años se forja esta base sensorio-motora por lo que no debemos olvidar que si todo está bien asentado podremos avanzar hacia funciones superiores como la lectura, escritura o el cálculo.
El cerebro crece con el uso y la clave es el movimiento.
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