EL ARRASTRE
Alrededor de los 6-7 meses, los bebés empiezan a desplazarse rozando su cuerpo sobre una superficie; a esto se le conoce como arrastre. Se considera el mayor logro en lo referente a movilidad, puesto que el bebé deja de ser dependiente del entorno. A partir de ahora ya no te necesita para alcanzar objetos o para ir en busca de nuevos estímulos.
El doctor Ferré dice que el reptado contralateral (coordinar brazo derecho con pierna izquierda y viceversa) significa un cambio profundo en el sistema y los mecanismos que utiliza el bebé para explorar su entorno y para aprender.
“Se activa la vía cruzada de movimiento, que es la vía de control voluntario del movimiento, y empieza a ponerse en marcha la función del cuerpo calloso” es decir, .el hemisferio derecho controla los movimientos y sensaciones de las extremidades izquierdas y el hemisferio izquierdo controla los movimientos y sensaciones del lado derecho de nuestro cuerpo. Cuando los dos hemisferios trabajan de manera coordinada quiere decir que su mano izquierda (hemisferio derecho) sabe lo que hace su mano derecha (hemisferio izquierdo) y por tanto puede, por ejemplo, pasarse cosas de una mano a otra sin que se caigan.
“El patrón contralateral, prepara para la coordinación dinámica de todos los movimientos que aprenderá a hacer después el bebé: andar, correr, pedalear, saltar, subir y bajar escaleras…”
Además pone en marcha la percepción visual, auditiva y táctil tridimensional.
Poder moverse sin ayuda de nadie es el primer gesto de autonomía y de autoconfianza. De ahí que esto les proporcione felicidad y seguridad en sí mismos, algo fundamental para llegar a ser independientes. Su capacidad de exploración no tiene fin; no la limites.
Debes saber que el esfuerzo que el bebé invierte en arrastrarse es mucho mayor que el que se necesita para caminar. Es por ello que este es un ejercicio muy recomendable que va a ayudar a mejorar el tono muscular, los tendones y las articulaciones de tu pequeño, al tiempo que trabaja con el equilibrio de la columna vertebral.
Desarrolla la convergencia y ayuda al enfoque al tener que mirar al suelo para colocar la mano o rodilla, el niño/a enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia.
Arrastrarse es uno de los movimientos más importantes en el largo proceso de enseñar a los ojos cómo cruzar la línea media. Además de mirar hacia delante, los bebés también aprenden la coordinación ojo-mano gracias a los movimientos de las manos. Algunas veces, los ojos enfocan de una mano a otra, utilizando las manos como si fueran un estímulo móvil. Más tarde esta capacidad será esencial para poder leer sin perder las palabras en la línea media y visualmente seguir la mano que escribe.
Es a través del arrastre que los sistemas vestibular, propioceptivo y visual se conectan para funcionar juntos por primera vez. Sin esta integración el desarrollo del sentido del equilibrio, la percepción del espacio y la profundidad serán muy pobres.
La capacidad de enfocar a distancia y la coordinación ojo-mano utilizadas en el movimiento de arrastre son las mismas habilidades que el niño utilizará cuando aprenda a escribir y a leer.
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